DSA IC demands justice for Victoria Salazar, victim of femicide and police brutality in Mexico

Translated into Spanish below / traducido al español a continuación

On March 27, 2020, Victoria Esperanza Salazar, a Salvadoran cleaning worker, mother, and refugee, was murdered by Mexican authorities after a police officer put their foot on her neck for several minutes. President Andrés Manuel Lopez Obrador of Mexico denounced the killing, specifically citing the actions of the authorities as “murder.” Outrage and demonstrations have resulted in the ensuing weeks, leading to worldwide calls for justice for Salazar and for broad police reforms that highlight machismo, femicide, and racism rampant in the Mexican police force. The police responsible have been apprehended.

Victoria Esperanza Salazar migrated from El Salvador as a result of being displaced by the violence that has enveloped the country. Victoria Salazar left with her two children and worked for low wages at a resort in Tulum, Mexico. Despite being granted refugee status, migrants like Victoria are often forced to take low-wage, ultra exploitative positions in Mexico and the United States that leave them in precarity. Undeniably, much of the violence we see in states like El Salvador is a direct result of the US-led Central America Free Trade Agreement (CAFTA). CAFTA has driven many Central American families into poverty, with research showing that “growth in agricultural exports from El Salvador to the US under CAFTA has actually been lower than global growth in agricultural exports to the US.” CAFTA has destabilized the family farm agricultural sector in Central American states, rapidly worsening economic conditions and forcing residents to migrate north. As long as the US imposes anti-worker trade agreements on its neighbors, the situation will continue to deteriorate. 

DSA IC recognizes that the issue of violent misogyny, specifically femicide, is a significant contributor in the death of Victoria Salazar at the hands of police. Mexican feminists have vigorously protested the violent misogyny that the state allows, culminating in riots in Mexico City on International Women’s Day in response to continued misogynistic violence and police brutality. Femicide is a profound issue throughout the world and particularly egregious in Mexico. According to statistics provided by the Mexican state, approximately 10 women are murdered in Mexico every day. In Latin America and the Caribbean, Mexico is only second to Brazil in total and daily rate of femicide.

DSA IC calls for the ending of the Migrant Protection Protocols, a joint agreement between the US and Mexico. Under threat of tariffs from the US in 2019, Mexico joined in this agreement to greatly expand its efforts in enforcing migration controls via its National Guard. As a result of the expansion of this agreement, asylum claims in Mexico have expanded rapidly, deportations of asylum seekers to Mexico have increased dramatically, and growing numbers of Central American migrants are forced to reside in slums at the US-Mexican border. Abuse of migrants by Mexican authorities is widespread, and raids on migrant trains are increasing. The death of Victoria Salazar is inextricably linked to the violent enforcement of the US and Mexican border regime. 

DSA IC stands in solidarity with the friends and family of Victoria Esperanza Salazar. We demand an end to the multi-state border regime led by the United States, which facilitates racist and misogynistic violence against migrants throughout the Americas. We recognize that US imperialism is the undergirding cause of the deaths of so many migrants, and recognize further the many parallels between police violence in Mexico and police brutality here at home. DSA IC demands the end of US imperial meddling in the rest of the Americas, immediate cessation of the violent border enforcement at the US and Mexican borders, and for the complete liberation of women of our world.


Spanish version below / Versión en español a continuación

El Comité Internacional de DSA exige justicia por Victoria Salazar, víctima de feminicidio y brutalidad policial en México.

El 27 de marzo de 2020, Victoria Esperanza Salazar, trabajadora de limpieza salvadoreña, madre y refugiada, fue asesinada por las autoridades mexicanas luego de que un oficial de policía le pusiera el pie en el cuello durante varios minutos. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, denunció el homicidio, denominando las acciones de las autoridades como un “asesinato”. La indignación y las manifestaciones se hicieron sentir en las semanas siguientes, dando lugar a reclamos en todo el mundo por justicia para Salazar y por amplias reformas a las fuerzas policiales contra el machismo, los feminicidios y el racismo desenfrenado que se destacan en la fuerza policial mexicana. Los policías responsables han sido detenidos.

Victoria Esperanza Salazar emigró de El Salvador desplazada por la violencia que ha envuelto al país. Victoria se fue con sus dos hijos y trabajó por bajos sueldos en un resort en Tulum, México. A pesar de obtener estatus de refugiados, los migrantes como Victoria a menudo se ven obligados a asumir puestos de ultra-explotación y de bajos sueldos en México y Estados Unidos que los dejan en la precariedad. Sin lugar a dudas, gran parte de la violencia que vemos en países como El Salvador es un resultado directo del Tratado de Libre Comercio de América Central (CAFTA) liderado por Estados Unidos. El CAFTA ha llevado a muchas familias centroamericanas a la pobreza, con investigaciones que muestran que “el crecimiento de las exportaciones agrícolas de El Salvador a los EEUU bajo el CAFTA ha sido en realidad menor que el crecimiento global de las exportaciones agrícolas a los EEUU.” El CAFTA ha desestabilizado el sector agrícola agrícola familiar en los países centroamericanos, rápidamente  empeorando las condiciones económicas y obligando a los residentes a emigrar hacia el norte. Mientras Estados Unidos siga imponiendo acuerdos comerciales a sus vecinos contra los trabajadores, la situación seguirá deteriorándose. 

El Comité Internacional de DSA reconoce que el elemento de la misoginia violenta, específicamente los feminicidios, son un factor importante en la muerte de Victoria Salazar a manos de la policía. Feministas mexicanas han protestado enérgicamente contra la misoginia violenta que el Estado permite, culminando con disturbios en la Ciudad de México el Día Internacional de la Mujer en respuesta a la violencia misógina y brutalidad policial constantes. El feminicidio es un problema profundo en todo el mundo y particularmente atroz en México. Según estadísticas proporcionadas por el estado mexicano, aproximadamente 10 mujeres son asesinadas en México cada día. En América Latina y el Caribe, México ocupa el segundo lugar después de Brasil en tasa total y diaria de feminicidios.

El CI de DSA pide el fin de los Protocolos de Protección al Migrante, un acuerdo conjunto entre Estados Unidos y México. En 2019, bajo la amenaza estadounidense de imposición de aranceles, México se unió a este acuerdo para incrementar sus esfuerzos en hacer cumplir los controles migratorios a través de su Guardia Nacional. Como resultado de la expansión de este acuerdo, las solicitudes de asilo en México se han expandido rápidamente, las deportaciones de solicitantes de asilo a México han aumentado dramáticamente y un número creciente de migrantes centroamericanos se ve obligado a residir en barrios marginales en la frontera entre Estados Unidos y México. El abuso de los migrantes por parte de las autoridades mexicanas es generalizado, y las redadas en los trenes de migrantes están aumentando. La muerte de Victoria Salazar está indisolublemente ligada a la aplicación violenta del régimen fronterizo de Estados Unidos y México. 

El Comité Internacional de DSA se solidariza con los amigos y familiares de Victoria Esperanza Salazar. Exigimos el fin del régimen fronterizo multiestatal liderado por Estados Unidos, que facilita la violencia racista y misógina contra los migrantes en todo el continente americano. Reconocemos que el imperialismo estadounidense es la causa subyacente de la muerte de muchísimxs migrantes, y reconocemos además los muchos paralelos entre la violencia policial en México y la brutalidad policial aquí en casa. El CI de DSA exige el fin de la intromisión imperialista de Estados Unidos en el resto de las Américas, el cese inmediato de la aplicación de violencia en en régimen de frontera entre Estados Unidos y México, mientras luchamos por la completa emancipación de las mujeres de nuestro mundo.